Wednesday, March 29, 2006

LAICISMO Y LIBERTADES PÚBLICAS

LAICISMO Y LIBERTADES PÚBLICAS


¿Cómo se evolucionó del Estado absolutista, en donde se sostenía que el poder provenía de Dios y era el Papa el que ungía a los monarcas, a un Estado laico separado de la religión, asegurando la libertad de culto?

¿Qué ideas se conjugaron para llevar a una institución de dos mil años a replegarse del poder terrenal hacia una gestión espiritual, pero manteniendo en los hechos, altos grados de injerencia en el plano real?

Es lo que ha querido abordar esta breve monografía, que muestra que las ideas van permeando las instituciones y es desde el interior de ellas donde surgen los cambios más trascendentes, pero también las involuciones sobre un mismo tema.

INDICE

Introducción.

La raíces del Laicismo.

La Evolución del catolicismo liberal

La influencia liberal en la Iglesia Católica

El Estado de Chile y sus relaciones con la Iglesia durante el siglo XIX

La separación de la Iglesia del Estado en la Constitución de 1925

La posición oficial conservadora actual de la Iglesia Católica[i]

El laicismo en los Estados Unidos

Conclusiones

Bibliografía

1. Introducción.

Este trabajo explora en los antecedentes históricos y en los pensadores que abrieron paso a la separación de la Iglesia del Estado, comentándose el proceso social que llevó a la separación de la Iglesia del Estado y las relaciones del mundo laico, religioso o agnóstico, con las instituciones eclesiales, así como los principios que motivaron la separación de ambos poderes. Ubicando el análisis en el siglo XIX se buscará relacionar el contexto internacional con lo que llevó en Chile a la separación de la Iglesia del Estado, mostrando la situación actual en Chile, comparando la situación de Estados Unidos y la Unión Europea.

El oscurantismo medieval y el régimen monárquico, estuvieron ligados a una cultura teocéntrica y al absolutismo como forma de gobierno, con la consecuente imposición dogmática de una única verdad. El profesor D. Luis Suárez Fernández, de la Real Academia de Historia de México, ha señalado que[ii]. ”en la Edad Media, Europa no fue otra cosa que cristiandad». Según explicó el profesor Suárez, entre los siglos IX y XV “el cristianismo --la "res publica" cristiana-- es el elemento que informa toda la vida cultural de esta comunidad, una sociedad que se identifica con una manera de ser: por el hecho de ser cristiano, se forma parte de la misma”.

En el Renacimiento pensadores como Voltaire cuestionaron el orden dogmático, abogando por el racionalismo, sentando los principios filosóficos del Estado Nación, donde los Derechos del Hombre y la Libertad serían el centro de lo social. La Iglesia enfrenta su propia reforma, el luteranismo, el calvinismo y el anglicanismo. Con el término del absolutismo [iii] se legitima la rebelión del pueblo contra los tiranos, la propia religión católica abre puertas a una definición de la soberanía que reconoce el poder en el pueblo y suprime el principio que señalaba que el poder venía de Dios al soberano. Con el advenimiento de las revoluciones políticas en Europa y la revolución industrial en el Reino Unido en el siglo XVll, se comenzaron a asumir las ideas racionales, dando cabida al movimiento liberal. Y esto coloca en trance, al sistema ortodoxo imperante.

El liberalismo político y filosófico, tienen su cuna en Inglaterra y Holanda, en el siglo XVll. Desde el punto de vista filosófico, se caracteriza por la tolerancia religiosa, por promover la democracia, el comercio y la industria. En Chile, la Iglesia sigue ligada al poder terrenal hasta la Constitución de 1925, que separa a la Iglesia del Estado.

¿Cuál fue el camino que llevó a la separación de la Iglesia del Estado?

¿Qué caracteriza al Estado Laico?

Son las preguntas que se intentará responder en este trabajo.

2. La raíces del Laicismo.

Laico, según el diccionario de la Real Academia, viene del latín laicus, que significa “que no tiene órdenes clericales”. Respecto a la expresión laicismo, el mismo diccionario avanza en la precisión del concepto, y establece que laicismo es la “doctrina que define la independencia del hombre y de la sociedad, y más particularmente del Estado, de toda influencia eclesiástica o religiosa”. También se suele usar como sinónimo de la expresión laico o laicismo la palabra secular, que viene de seglar, no religioso y también según el diccionario, se dice del clero o sacerdote que no vive en un convento ni pertenece a ninguna orden religiosa: sacerdote secular. Por tanto la expresión “la secularización e la sociedad” implica el concepto de transformar una sociedad clerical o religiosa en una sociedad civil.

Si la 'Enciclopedia' fue una dirección-clave por donde se instigó la burguesía contra el poder, Voltaire fue uno de los pioneros para que eso sucediera, pues era quien suscitaba las ideas y, en consecuencia, la movilización de los demás a raíz de sus sátiras o burlas o irreverencias feroces. “Sería justo, sí, considerarlo como un líder, pero no un líder en un sentido carismático o de representar masas, sino que todo lo que él conmovía protagonizaba ese liderazgo, en concreto, su influencia intelectual que ridiculizaba o infravaloraba la sinrazón, las costumbres y las vanidades de la aristocracia; aunque también en cuanto a que, al mismo tiempo que polemizaba, sabía ganarse admiradores o simpatizantes -con las 'Cartas inglesas' elogiando la sociedad inglesa, con 'Cándido' logrando el desenfado de su entorno intelectual-. Voltaire, así, asediaba
y despertaba las conciencias, a todo riesgo -pasando tanto por encarcelamientos como por exilios forzosos- y recurriendo a todos los géneros, algo que sólo él supo hacer con éxito. En la 'Historia de Carlos XII' criticó a la guerra, en 'Epístola de Urania' ataca a los dogmas católicos, en 'Ensayo sobre las costumbres' irritó a los calvinistas, en 'Concreciones sobre el siglo de Luis XV' se enfrenta directamente a los jesuitas. Después de esto, es sencillo deducir que inició y despejó los primeros trazos del camino del laicismo inculcando, además, que los seres humanos debían decidir y ejercer por ellos mismos sus libertades, no que fueran impuestas. La tolerancia era para Voltaire lo que la igualdad de derechos era para Rousseau: sólo un medio justificable para un fin”[iv].

3. La Evolución del catolicismo liberal

La Iglesia Católica[v], por su parte, en su afán hegemónico ha pretendido dejar el término laico en el ámbito de su institucionalidad, cuando define como laicos a los no religiosos o colaboradores activos de la iglesia que no llevan hábitos, es decir, que no han sido investidos como sacerdotes. Esta concepción es reduccionista y estrecha y no corresponde a la concepción, que la etimología tiene de las expresiones laico y laicismo, y que no es otra que la que proviene de la historia y desarrollo de las sociedades en busca de su libertad.

Durante el período de la revolución francesa, la iglesia fue despojada de sus privilegios. El Papa hecho prisionero, las propiedades confiscadas y los monasterios desiertos. Hacia la caída de Napoleón se repone el poder eclesiástico. El Papa Pío Vll, reafirma la autoridad moral. Los Estados pontificios son nuevamente ocupados por el Papa, restableciéndose la orden de la Compañía de Jesús[vi], que era la organización que más racionalismo y ciencia aportaba a la Iglesia.

4. La influencia liberal en la Iglesia Católica

Después de la sangrienta revolución francesa, muchos pensadores laicos buscan abrigo en la religión católica, conformando sectores conservadores que derivarán en los movimientos fascistas y en el nazismo. Con ellos “se filtra también, un incipiente movimiento liberal, dentro de la jerarquía”. A la muerte del moderado Pío Vll, La alta jerarquía en la iglesia católica, quien no simpatiza con los liberales, pretende erradicar esta corriente de pensamiento. El Ing. Raúl Cadena Cepeda[vii] señala que “la cercanía del resto del clero con las clases medias, quienes apoyaban decididamente al liberalismo, refuerza al pensamiento liberal. E impide ese intento de aniquilación de la razón, dentro de la iglesia. En este momento, el movimiento católico liberal, no tenía muy bien definida su postura filosófica. La consolidación de esta postura, se presenta con la aparición del sacerdote francés Felicité de Lamennais, considerado como el fundador del catolicismo liberal”.

Felicité de Lamennais[viii] fue un sacerdote católico francés, de temperamento profético, cuyos escritos contenían pronósticos de increíble exactitud sobre el futuro de Europa. Consciente de los profundos cambios psicológicos y sociales que se vivían en Francia después de la revolución, propone una nueva visión, sobre la nueva posición de la iglesia católica, en una sociedad posrevolucionaria, con posiciones marcadamente liberales. Se señala que pensadores del racionalismo, que habrían influido en su formación[ix].

Es el primero en proponer la separación total de la iglesia y el estado y sugiere que la fuerza de la jerarquía está en un papado fuerte, y nunca en la convivencia con la monarquía. Y una vez aceptada la idea de independencia del estado, sostiene que “se debe aceptar el resto del programa liberal, especialmente la libertad de educación, de prensa, y completa democracia. Demanda sufragio universal, adelantándose así, mas de medio siglo, al resto de los liberales”. En 1831 Lemennais había creado un amplio grupo de seguidores entre el clero joven y los laicos cultos de Francia.

Entre los más talentosos se contaban: El conde de Montalembert y el padre Lacordaire. Con ayuda de ellos, publica el diario " L´Avenir". Cuyo eslogan era: " Dios y libertad."

"Estamos sembrando las semillas del catolicismo liberal. No temamos al liberalismo, catolicémoslo."

Comenta el Ing Raúl Cadena Cepeda que esto era demasiado, para los conservadores obispos de la curia y que el arzobispo de París se pronunció contra el movimiento: "Que trata de subvertir el orden que Jesucristo estableció en la tierra" Y sostenía que la separación de la iglesia y el estado, provocaría pobreza dentro de ella. Lamennais, está de acuerdo. Y menciona que libertad y pobreza, son esenciales para la iglesia.

Desde luego, esto le pareció mal a la jerarquía conservadora. Gregorio XVl, Papa proveniente de la orden monástica Camaldolese se encontraba en plena lucha contra el espíritu del liberalismo y la revolución en los estados pontificios. La encíclica "Mirari Vos", Agosto 30, de 1832,.es un duro golpe contra el liberalismo. Desautoriza todas las tesis y postulados de Lamennais. Rechaza la separación Iglesia Estado. Se manifiesta en contra de la libertad de prensa, y sostiene que la libertad de conciencia es una locura La noticia del apoyo del Papa, al zar de Rusia, en la represión brutal de la rebelión, hace que el abad Lemennais, manifieste que la jerarquía católica se ha divorciado de Cristo, para fornicar con los torturadores.

Lamennais intenta salvar lo poco que queda, de este movimiento. Sostiene correspondencia con el Vaticano por un año. Presenta la tesis de que el Papa es infalible solo en materia de conciencia, pero no en asuntos temporales. Pero solo logra encolerizar más al Papa, quien le demanda plena sumisión. Lamennais claudica, y acepta la mordaza impuesta por Gregorio.

Pero el mundo laico no se quedó con los brazos cruzados. Unidos católicos y liberales, expulsan al rey de Holanda en 1830. En Latinoamérica, los países adoptan gobiernos liberales. Y en la misma Francia, se corona un rey liberal: Luis Felipe. En el Reino Unido, los liberales logran un gran triunfo, con el "Acto de reforma", que los faculta a compartir el poder con los conservadores. Y en el ámbito moral, los liberales no se rinden. A pesar de la deserción de Lamennais, Montalamert toma el liderazgo. Adopta una posición pragmática. Promueve el catolicismo liberal, pero sin confrontarse con el Papa. Procurando rehuir cualquier debate. Surge así el partido católico liberal, dedicado a promover la libertad de educación. Lacordaire, desde el púlpito de Notre Dame, utiliza su magnífica retórica para promover las tesis de catolicismo liberal. Y Frederic Ozanam, otro católico liberal, funda la sociedad de San Vicente de Paul.

En este tiempo, y apoyado por la revolución industrial, aparece el liberalismo económico, o capitalismo. La iglesia se enfrenta a un mundo cambiante, y ante este, solo el cristianismo liberal puede ser un punto de apoyo.

“Pero a diferencia del protestantismo liberal, el catolicismo de mismo género siente poca simpatía por el capitalismo. Sin embargo reconocen en el liberalismo intelectual una fuente de virtudes, que pueden impulsar el pensamiento católico, hacia nuevos horizontes. Así estando las cosas, y para colmo de males, el liberalismo católico recibe un golpe casi mortal con la aparición del ultra conservador Papa, Pío lX”.

León Xlll, (1878-1903), sucesor de Pío lX, no es liberal, pero tampoco un ultra conservador. Hombre pragmático, intenta conciliar la Iglesia con la cultura secular del siglo XlX. Acepta la separación Iglesia-Estado, las constituciones democráticas, libertades civiles, incluyendo libertad de culto. Impulsa el avance intelectual y abre las puertas de la biblioteca Vaticana a los intelectuales.

En la encíclica "Libertas" de León Xlll (1888), comienza a trabajar la reconciliación con el liberalismo. Y aborda el tema de la sociedad de masas, criticando la creciente pobreza de las clases trabajadoras, el sobre-trabajo, la falta de prestaciones sociales y las condiciones de hacinamiento en la vivienda. Se inicia la época del " Socialismo Católico " siguiendo los pasos e ideas de Lemennais.

5. El Estado de Chile y sus relaciones con la Iglesia durante el siglo XIX:

El Reglamento Constitucional Provisorio, aprobado en 1818 establecía que “la religión católica, apostólica, es y será siempre la de Chile”. Además, establecía, que es un deber de los jefes de la sociedad no permitir ningún otro culto público no doctrina contraria a la de Jesucristo.

El Estado de Chile emergente se heredaba la relación férrea a una institución eclesial que había avalado la conquista y colonización. El rol del papado en la misión evangelizadora que se atribuyó a la conquista española, fue crucial y reflejó la concepción vinculante de Iglesia y Estado. Sin embargo, en la definición del poder, al entrar el siglo XIX, ya la Iglesia había abandonado la connotación absolutista y había incorporado la concepción democrática de la soberanía, que marcaba que el pueblo era el que recibía el poder de Dios y que él lo delegaba en el Rey. Esto es uno de los factores que explican las Juntas de Gobierno y la evolución inicial de lo que fuera el período de la Patria Vieja en la gesta independentista del continente.

En las escuelas , el Reglamento Constitucional de 1818 obligaba la enseñanza de la sagrada religión, y en determinados días los profesores debían concurrir con sus alumnos a misa; diariamente, al terminar el horario escolar, debían rezar a la Virgen Patrona “Nuestra Señora del Carmen”. El sábado en la tarde se debía rezar un tercio del rosario; en la mañana del jueves y en la tarde del sábado los niños debían estudiar para aprender de memoria el catecismo de Astete.

La Constitución de 1822 también determina que la religión del estado es la católica , apostólica , romana, con la exclusión de cualquiera otra. La violación de esta norma es un delito y queda establecido constitucionalmente.

Así las cosas, surge una de las primeras voces para comenzar a batallar contra la herencia dogmática legada por España : Camilo Henríquez González que en “La Aurora de Chile”[x], abre por primera vez un ideario laico unido al de la Independencia de Chile. Se desprende de la sotana, pero no de su fe religiosa, y en lugar de rezar, marca de laicismo al periodismo y a la educación que fueron sus mejores afanes. Consideraba que no era posible la independencia, ni edificar la nación, sin darle importancia a la educación como la principal arma para vencer la ignorancia de que se aprovechaban la opresión y la Iglesia.

Históricamente y casi unido a Camilo Henríquez, tenemos un legislador que frena y levanta barreras a las ideas laicistas que se venían incubando en el pensamiento de O`Higgins y Henríquez. Don Juan Egaña[xi] se convierte, como católico conservador, en el defensor de la intolerancia. Es su Constitución de 1823 establece: “La religión del Estado es la católica, apostólica, romana, con exclusión del culto y ejercicio de cualquiera otra”.

Sin embargo, la constitución de 1828 redactada por el literato español José Joaquín de Mora[xii], avanza aspectos de tolerancia, aunque reconoce que la religión del Estado es la católica, apostólica, romana, con exclusión del ejercicio público de cualquiera otra. Sin embargo, en el siguiente artículo consagraba el principio de que nadie sería perseguido ni molestado por sus opiniones religiosas.

La oligarquía y el clero estrangularon los anhelos de tolerancia civil y religiosa. El Congreso de 1831 determinó el texto del juramento del Presidente: Decía:

“Juro por Dios y estos santos evangelios conservar y sostener la religión católica, apostólica, romana, observar y hacer cumplir la Constitución y las Leyes del Estado, así Dios me ayude y sea defensa, y si no me lo demande”.

El Vicepresidente juraba con el mismo texto.

Mientras tanto, las numerosas iglesias y conventos de todas las órdenes religiosas mantenían encendida la llama del fervor religioso y las manifestaciones de irreligiosidad no sólo eran severamente castigadas, sino vilipendiadas por el desprecio público.

La Constitución de 1833 expresa que la religión de la República es la católica, apostólica, romana, con exclusión del ejercicio de cualquiera otra.

Al avanzar el tiempo las ideas liberales empezaron a alarmar a la iglesia que para hacerle frente fundó en 1843 “La Revista Católica” como expresión del ultramontanismo batallador. Sucedió que el Intendente de Colchagua quiso reprimir los desmanes del cura de Malloa. La curia señaló que el intendente era incompetente para juzgar la conducta magistral del cura y terminó declarando la absoluta independencia de la Iglesia del poder Civil. El periodismo laico participó opinando sobre la necesidad de establecer la libertad de culto, argumentando que ello era cosa de un país civilizado y condición indispensable para el progreso del país. Todo esto es apoyado tímidamente por el Mercurio.

Pero las ideas de don José Joaquín de Mora sumadas a la influencia de Andrés Bello, de Domingo Faustino Sarmiento y a la entrada de libros franceses, motivaron a la juventud estudiosa a fundar en el Instituto Nacional la Sociedad Literaria” (1842), donde participaban entre otros: Francisco Bilbao Barquín y Manuel Antonio Matta, dirigidos por el Profesor de Legislación y Derecho de Gentes, José Victorino Lastarria[xiii], del mismo Instituto.

  • Gobierno de Manuel Bulnes (1841 – 1851)

Se pasa al Gobierno de Manuel Bulnes que se ve escandalizado por la obra de Francisco Bilbao, La Sociedad Chilena publicada en 1844, donde el autor combate el feudalismo que impide que se eleve una clase media que preludia la libertad como la burguesía en Europa.

La Sociedad Chilena” es de una inspiración de avanzada por su contenido libertario, igualitario y anticatólico. Su publicación provocó en la sociedad chilena las iras del la Iglesia y de toda la sociedad pacata de la época. Bilbao fue acusado de sedicioso, blasfemo e inmoral. En el juicio seguido en su contra, no buscó defensa y lo hace por sí mismo, transformándose de acusado en acusado. Es condenado a pagar una multa de $1.200.- que fueron reunidos espontáneamente por erogación popular. Cuando salió del tribunal, la multitud que lo esperaba lo levantó en andas y lo paseó por las principales calles de Santiago.

La Iglesia lo desprestigió y el Instituto Nacional donde estudiaba leyes, lo expulsó. Se fue a París y estudió con distinguidos maestros y en la revolución de 1848 luchó en las barricadas obreras. Vuelto a Chile fundó la Sociedad de la Igualdad, en la que participaba Lastarria , entre otros amigos. Otra vez va al exilio y no vuelve más a Chile hasta el año 1998 en que sus restos fueron repatriados desde Buenos Aires, donde murió a causa de una acción heroica al rescatar a una mujer del Río de La Plata.

Bilbao fue defensor de la separación de la Iglesia del Estado y del establecimiento del Matrimonio Civil; aquí se encuentra su aporte al laicismo.

  • Gobierno de Manuel Montt (1851 – 1861)

En este período, específicamente en 1855 se aprobó el Código Civil que entregaba a la Iglesia la constitución del Registro Civil y el Matrimonio. Referente a los disidentes, el Arzobispo Rafael Valentín Valdivieso se encargó de reglamentarlo prolijamente en el año 1862. Durante el decenio se va a producir una nueva embestida de la Iglesia dirigida por el Arzobispo. En la historia, la polémica se conoce como la “cuestión del sacristán”[xiv]

Valdivieso considera la independencia de la Iglesia frente a la intervención del Estado. En pocas palabras, el sacristán mayor de la catedral, destituyó a otro sacristán que lo había injuriado. Este acudió al Cabildo que lo repuso en su cargo. El Vicario dio el favor al injuriado y declaró válida la expulsión del sacristán. El arzobispo Valdivieso no pudo arreglar las desavenencias . El problema llegó a la Corte de Justicia que no dio su bendición al Arzobispo y éste , en represalia, creó la Sociedad de Santo Tomás de Canterbury con el objeto de luchar por la independencia de la Iglesia del Poder Civil.

El gobierno respalda a la Corte y el Arzobispo insistió ante el Presidente Montt en el sentido de arbitrar medidas para no atropellar a la Iglesia como habían hecho los Tribunales de Justicia. La respuesta oficial del gobierno fue que el ejecutivo no modificaba ni dejaba sin efecto un fallo de los Tribunales. La Iglesia insistió ante la Corte y ésta respondió al Arzobispo contaminándolo a aceptar el fallo, dentro del tercer día bajo apercibimiento de destierro. Al final hubo desistimiento de los afectados ante la Corte y de este modo sepultaba la cuestión del sacristán.

El coletazo político fue que la intervención del Arzobispo Valdivieso dio paso a que el clero que actuaba en forma independiente, se incrustara en un partido político conservador clerical, la oposición hizo lo suyo y nació el Partido Radical de Matta, Gallo y Recabarren. Al finalizar el período Montt, a causa de la oposición a su gobierno aparece el periódico llamado “La Asamblea Constituyente” dirigido por Manuel A. Matta y Benjamín Vicuña Mackenna que defendían ardosamente la reforma de la Constitución de Egaña de 1833.

La oposición exasperó al Ejecutivo y declaró el estado de sitio, lo que provocó un levantamiento armado organizado en Copiapó por acaudalado minero Pedro León Gallo, que finalmente fue derrotado en 1859. Después de la derrota de esta guerra civil en la que participaron, Manuel A. Matta, Vicuña Mackenna, Pedro León, Angel Custodio y Guillermo Gallo fueron desterrados. Estos son los personajes que van a dar forma definitiva al Partido Radical a partir de 1862.

  • GOBIERNO DE JOSE JOAQUIN PEREZ (1861 – 1871)

El año 1862 se conoce el ideario del Partido Radical basado en un laicismo racionalista, acompañado de un anticlericalismo. Es el año en que Manuel A. Matta define el radicalismo en los siguientes puntos de acción.

a) Reforma de la Constitución para restarle poderes al Ejecutivo

b) Libertad electoral con sufragio universal

c) Enseñanza laica libre de toda tuición confesional;

d) Libertad de conciencia

e) Autonomía de la provincias para su descentralización administrativa;

f) El derecho edilicio para evitar ser dirigido por la Moneda.

El partido Radical toma su forma en Copiapó[xv], residencia de los Matta y de los Gallo. En Santiago tenía un órgano de difusión: “La Voz de Chile” aparecida en 1862 y cerrada en 1864. Su comité editorial estaba formado por Manuel A. Matta, Angel C. Gallo, Isidoro Errazurriz y Benicio Álamos. También escribían Alberto Blest Gana y Juan Nepomuceno Espejo. Se suman a ellos Juan de Dios Arlegui y José Francisco Vergara. Todos eminentes Masones, orgullo nuestro de aquel pasado histórico.

En 1868, Manuel A Matta, Pedro León Gallo y Domingo Arteaga presentaron un proyecto de ley sobre el matrimonio civil de los disidentes, el que debía ser atendido por una autoridad civil, es decir, sin participación de la Iglesia. Este proyecto fue informado favorablemente por don José Victorino Lastarria y Marcial Martínez. Fue aprobado en general con la oposición conservadora en 1877.

En esta misma época los radicales y sus aliados fundaron en diversas ciudades los “Clubes de la Reforma”. El de Santiago se puso en actividad en septiembre de 1868 participando destacadamente participando destacadamente en él José Manuel Balmaceda, Isidoro Errázuriz, Manuel A. Matta y José Victorino Lastarria. El Club propiciaba la libertad de cultos, la separación de la Iglesia del Estado y la libertad de prensa.

Esta oposición de los radicales y sus aliados ya había conseguido en 1896 una interpretación del Art. 5 de la Constitución de Egaña, que consagraba la religión católica como oficial. Ahora se reglamenta la tolerancia de los cultos disidentes.

6. La posición social cristiana

En Europa, durante la segunda mitad del Siglo XIX la Iglesia va reformulando su posición frente al sistema liberal. En 1848 el Obispo alemán Wilhelm Kettler, esboza una solución intermedia entre el capitalismo liberal y el socialismo de estado. Acepta la sindicalización, y el derecho del estado a intervenir para moderar al capitalismo. Así como la existencia de la propiedad privada como contrapartida al comunismo. En Alemania, Francia e Italia Las clases obreras se inclinan por los partidos socialistas, alejándose totalmente de la Iglesia Católica.

La Iglesia Católica, busca un nuevo acercamiento con la clase trabajadora. En 1885 el cardenal Henry Manning (converso del anglicanismo) logra identificar a la Iglesia Católica de Inglaterra con la causa del "trabajo". Convive en los mítines, con los obreros.

Solicita al primer Ministro Gladstone, la prohibición del trabajo para menores de edad.

En 1889 a la edad de 82 años, participa en la gran huelga de los muelles de Londres. Inicialmente como mediador, y logrando grandes prestaciones para los trabajadores.

En 1886 apoya al Cardenal Gibbons de Baltimore, Evitando la condenación de los "Caballeros del trabajo ", por parte de la curia romana.- (La más importante unión de trabajadores de Estados Unidos, con 2/3 de membresía católica).

En 1884 se funda la Unión Fribourg, formada por líderes socialistas católicos. Su Presidente llegó a ser Cardenal en 1890.

En 1891, León Xlll promulga la encíclica Rerum Novarum llamada: "La carta magna del Catolicismo social".

La influencia del pensamiento social católico, se reflejó en las últimas dos décadas del siglo XlX, en numerosas uniones y sindicatos en Europa y los Estados Unidos.

El Padre Cardijn de Finlandia funda la organización: " Young Christian Workers " (Su mitin de 1974 en Versalles, reunió a 40,000 afiliados).

En 1920 se formó la unión federal internacional cristiana, con 3.5 millones de agremiados. Siendo la piedra angular de los partidos demócratas cristianos en Europa, después de la 2a. guerra mundial.

Sin embargo, a pesar de que el catolicismo social, contiene elementos pragmáticos y del orden secular, no es un pensamiento liberal desde el punto de vista filosófico, porque no se finca en una teología racional. Es a mediados del siglo XX cuando recibe el pensamiento católico liberal un verdadero impulso. El reinado del Papa Juan XXlll, fue para los católicos liberales, la época de oro.

Cuando este prelado llama al Concilio Vaticano ll, se abren las puertas del cielo, para estos pensadores:

Tanto la corriente liberal como la conservadora, se refieren al tema teológico. Y no se relacionan con el comportamiento moral de los individuos. Es un hecho paradógico, señala Raúl Cadena, “pero los católicos liberales mantienen muchas veces, una moral mas rigurosa que los conservadores, denominados ortodoxos o fundamentalistas”. Sin embargo, el principal elemento de ruptura entre ambos bandos, es que los liberales sostienen que primero es la verdad, y después la revelación. Y que si se demuestra que un postulado religioso es falso, debe desecharse. Esta posición les proporciona una gran ventaja en el mundo moderno, pues pueden dialogar de igual a igual con los científicos, los laicos de otras religiones, y los agnósticos. Los liberales aceptan el lema "Ubi dubium, ibi libertas ", "solo donde hay duda, hay libertad". Y por esto, los católicos liberales son un grupo atomizado, pues no presentan un frente común ante el monolítico dogma conservador.

7. La separación de la Iglesia del Estado en la Constitución de 1925

La acción emprendida por los promotores del laicismo del siglo XIX, donde se destacan los nombres de Bilbao, Lastarria, Arlegui, Allende Padín, Cuevas, De la Barra y tantos otros, por conseguir la secularización de la sociedad chilena y la consagración del principio del laicismo, se va a plasmar en el Siglo XX en la separación constitucional de ambas entidades.

El año 1925 se establece la separación de la Iglesia del Estado, luego de una negociación directa entre el Presidente Alessandri, miembro de la masonería chilena, y el Papa, antes de regresar del exilio para reasumir sus funciones constitucionales.

En el artículo 10 artículo Nº 2 se señala que: “La Constitución asegura a todos los habitantes de la República, la manifestación de todas las creencias, la libertad de conciencia y el ejercicio libre de todos los cultos que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres o al orden público, pudiendo por tanto, las respectivas confesiones religiosas erigir y conservar templos y dependencias con las condiciones de higiene y seguridad fijadas por las leyes y ordenanzas”. No fue gratis para el erario nacional que la Iglesia Católica dejara de ser la religión oficial del Estado. La primera de las disposiciones transitorias de la Constitución obligó al Estado a entregar “al señor arzobispo de Santiago la cantidad de dos millones quinientos mil pesos anuales para que se inviertan en el país en las necesidades de la Iglesia Católica”.

La separación de la Iglesia del Estado en Chile fue la culminación de las luchas por el laicismo, que ya había conseguido que se dictara la ley de matrimonio civil, la del registro civil y de los cementerios civiles. Chile entraba en una etapa de su historia en que la libertad de conciencia jugaría un rol central en su desarrollo como nación democrática. Sin embargo, debemos reconocer que esa separación quedó trunca en muchos alcances, y aún perduran con fuerte presencia, factores que manifiestan el poder confesional de un modo muy gravitante.

8. La posición oficial conservadora actual de la Iglesia Católica[xvi]

La doctrina sobre las relaciones entre la Iglesia y el Estado, tiene su fundamento en la distinción y unión real entre el orden natural y el orden sobrenatural. Por derecho divino existen dos poderes diferentes en la tierra: el poder natural, correspondiente a la autoridad civil y el poder sobrenatural de la Iglesia. "Dad, pues, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" (Mt. 20, 21 y par.).

”Ambos poderes son originarios e inderivables el uno del otro, y correspondientes al orden natural y sobrenatural”.

Pese a existir constitucionalmente una separación de poderes, la Iglesia Católica sostiene doctrinariamente que “Las relaciones entre la Iglesia y el Estado han de ser de unión y colaboración, actuando cada uno en su propio orden, y a la vez de mutuo reconocimiento, particularmente en las materias mixtas (porque afectan a los fines de ambas), como son la educación, el matrimonio, etc. El Estado, cumpliendo con su fin propio, debe ayudar a la Iglesia y colaborar con ella, disponiendo los asuntos temporales con libertad de modo que puedan ser fácilmente ordenados al fin sobrenatural. El Estado tiene no sólo un fin material sino también ético: debe custodiar la ley natural. De esta manera, coopera, en su orden, a la salvación de las almas”.

Los conflictos entre el Estado, la comunidad laica de y el mundo clerical, se derivan de la manifiesta acción corporativa de la Iglesia Católica en orden a influir en temas que a ella le parecen relevantes o situaciones que se opongan a la moral natural: por ejemplo a través de la prohibición de votar en favor de partidos políticos que se oponen, a su juicio, a la ley natural.

"La comunidad política v la Iglesia son independientes y autónomas, cada una en su propio terreno. Ambas, sin embargo, aunque por diverso título, están al servicio de la vocación personal y social del hombre. Este servicio lo realizarán con tanta mayor eficiencia, para bien de todos, cuanto más sana y mejor sea la cooperación entre ellas, habida cuenta de las circunstancias de lugar y tiempo. El hombre, en efecto, no se limita al solo horizonte temporal, sino que, sujeto de la historia humana, mantiene íntegramente su vocación eterna. ( ... ) Es de justicia que pueda la Iglesia en todo momento y en todas partes predicar la fe con auténtica libertad, enseñar su doctrina social, ejercer su misión entre los hombres sin traba alguna y dar su juicio moral, incluso sobre materias referentes al orden político, cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas, utilizando todos y sólo aquellos medios que sean conformes al Evangelio y al bien de todos según la diversidad de tiempos y situaciones" (Conc. Vaticano II, Const. Gaudiumet Spes, n. 76).


Por tanto, la Iglesia considera que tiene el derecho y el deber de intervenir[xvii], [xviii]incluso de modo autoritario -dando criterios de acción a los católicos-, en cuestiones de orden temporal, cuando lo amerita una causa justa y grave, esto es, cuando estén en grave peligro los derechos de Dios o de la Iglesia, y la salvación de las almas”.

9. El laicismo en los Estados Unidos

Los Estados Unidos es la nación con más diversidad religiosa del mundo. Más de 1500 cuerpos y sectas religiosas, incluyendo 75 variedades de Bautistas solamente, coexisten y prosperan en nuestra nación. Tenemos 360,000 iglesias, mezquitas y sinagogas.

Los americanos son también extremadamente devotos. De acuerdo a unas encuestas recientes, mas del 90 por ciento profesa una creencia en Dios; mas de la mitad dice que ora por lo menos una vez al día, y más del 40 por ciento dice haber asistido a servicios religiosos durante la semana anterior. Los informes de la Oficina de Censo reportan que el 63 por ciento de la población declara membresía en alguna iglesia, una cifra que ha permanecido virtualmente sin cambios desde el censo de 1960.

La Unión Americana de Libertades Civiles cree la relativa paz social en materia religiosa obedece a la completa separación entre la Iglesia y el Estado requerida por la Primera Enmienda de la Constitución.

“Muchas personas creen equivocadamente que la separación de la iglesia y el estado implica una hostilidad oficial a la religión. Pero en efecto, la verdad es todo lo contrario. Fue su creencia en la santidad de la fe lo que engendró la determinación de nuestros fundadores a proteger la religión de la interferencia estatal. Ellos comprendieron que la libertad religiosa podía florecer sólo si el gobierno deja en paz a la religión”[xix].

La expresión religiosa, como toda otra expresión, esta protegida por la Primera Enmienda. Los estudiantes de las escuelas publicas tienen el derecho de leer la Biblia, rezar el rosario, orar antes de las comidas y los exámenes y conversar acerca de sus afiliaciones religiosas con sus compañeros de estudios; siempre y cuando lo hagan por fuera del proceso educativo. Sin embargo, los estudiantes no tienen el derecho de imponer sus expresiones religiosas ante una audiencia cautiva de otros estudiantes por ejemplo, a través de pronunciamientos religiosos u oraciones trasmitidas en el sistema de micro-parlantes para uso de la escuela ni obligar que otros estudiantes se involucren en ninguna actividad religiosa.

“El Congreso no deberá hacer ninguna ley con respecto a un establecimiento de religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma; ni recortara la libertad de expresión, o de la prensa, o el derecho de agrupación pacifica de las personas y de peticionar al gobierno por el deshecho de agravios”. La Primera Enmienda, en lo que se llama la Cláusula de Establecimiento, garantiza la separación de la religión del estado y mediante la Cláusula de Libre Ejercicio le prohíbe al gobierno interferir con el derecho de las personas al culto religioso según su libertad de elegir. En conjunto, estos principios protegen la libertad de los estadounidenses de practicar o no, una o ninguna religión.

10. Conclusiones

La presente monografía ha revisado los orígenes de la separación de la institución social máxima, el Estado, y la Iglesia Católica, representativa de la institucionalidad religiosa de mayor peso en occidente.

La separación de la Iglesia del Estado ha evolucionado por las ideas racionalistas liberales y por las del catolicismo liberal incubadas en el seno de la propia Iglesia.

La crítica interna a una organización clerical demasiado absorta en el mundo terrenal, involucrada en el poder terrenal, ha motivado la generación de un catolicismo liberal que impulsó importantes reformas, como lo fuera la Doctrina Social de la Iglesia y el concilio Vaticano II. Sin embargo, de la lectura de los planteamientos de la actual jerarquía de la Iglesia Católica aparece la preeminencia de una posición ortodoxa conservadora, que busca intervenir en la sociedad globalizada con un importante peso relativo y violentando las posiciones que buscan el libre albedrío en material conductual.

Un sistema más maduro, como Estados Unidos, ha logrado definir una relación de respeto e independencia mutuos entre la religión y el Estado. El hecho de que sean las personas las que ejercen su libertad de practicar una religión, aleja la amenaza de un Estado Ateo o Agnóstico. Países como México han evolucionado hacia una mayor tolerancia de la religiosidad, entendiendo que es parte cultural de la nación y la tolerancia aparece hoy como la tónica entre ambas instituciones.

En Chile, pese a la separación formal de la Iglesia del Estado, se mantiene una injerencia de la Iglesia Católica en las decisiones públicas, principalmente en los llamados temas valóricos, que tienen que ver con férreas posiciones del Papado en materia de Aborto, Divorcio, prevención del SIDA y homosexualidad.

Las ideas racionalistas liberales, con las connotaciones que tiene hoy la social democracia en el contexto global, mantienen líneas de diálogo con las corrientes social cristianas, que a su vez han derivado de la evolución del catolicismo liberal. Pero en términos de mayor polarización están presentes las corrientes religiosas más ortodoxas que caen en la intolerancia religiosa y tienden al autoritarismo.

La Iglesia Católica aparece en el presente dominada por una jerarquía fundamentalista que dificulta el diálogo con otras religiones, conflictuando con el Estado y con las corrientes sociales que buscan mayores libertades públicas y personales. Reconocer estos vectores dentro de la institución católica favorece en los agnósticos la capacidad de comprensión de las posiciones que toma dicha institución a nivel global.

Los ortodoxos católicos representados por el Opus Dei y los Legionarios de Cristo, corresponden a una concepción medieval de la religiosidad, sometiendo a la persona a una jerarquía vertical incuestionable en su infalibilidad, mientras que las corrientes del catolicismo liberal están abiertas a asumir la tarea redentora del hombre desde la realidad temporal en que éste se desenvuelve, privilegiando su libertad innata como punto de partida para su sanidad espiritual.


11. Bibliografía



[i] Por Pbro. Pablo Arce Gargollo “La Iglesia y el Estado” http://www.aclufl.org/spanish/informes/iglesiayestado.cfm

[iii] http://www.rcadena.net/catoliberal.htm El catolicismo liberal. Ing. Raúl Cadena Cepeda. 8 Octubre 2,002.

[iv] Repiso Moyano, José, www.politicayactualidad.com

joserepisomoyano@hotmail.com

Pensador, poeta, narrador, ensayista español, nacido en
Cuevas de San Marcos (Málaga). Ha publicado: CANTOS DE SANGRE, Ediciones
Rondas, Barcelona, 1984; LA MUERTE MÁS DIFÍCIL, Ediciones Torre Tavira,
Cádiz, 1994.

[v] ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL LAICISMO. abril de 2004, Claudio Martínez Cerda geocities.com/laicismo_chileno/martinez.htm.

[vi] La Compañía de Jesús (jesuitas) es una orden religiosa perteneciente a la Iglesia Católica Romana, que fue fundada por San Ignacio de Loyola en 1539. La XXXII Congregación General (Roma, 1975) en su Decreto 1,2 define qué significa ser jesuita: "Comprometerse, bajo el estandarte de la Cruz en la lucha más crucial de nuestro tiempo: la lucha por la fe y la lucha por la justicia que la misma fe exige". Más recientemente, la XXXIV Congregación General (1995), ha reiterado el mismo espíritu, añadiéndole además el diálogo interreligioso y el debate cultural: "No se puede servir la fe sin promover la justicia, entrar en las culturas, abrirse a otras experiencias religiosas" (Decreto 1,19).

[vii] www.ideasapiens.com

“Y en el ámbito moral, los liberales no se rinden. A pesar de la deserción de Lamennais, Montalamert toma el liderazgo. Adopta una posición pragmática. Promueve el catolicismo liberal, pero sin confrontarse con el Papa. Procurando rehuir cualquier debate. Forma el partido católico liberal, dedicado a promover la libertad de educación. Lacordaire, desde el púlpito de Notre Dame, utiliza su magnífica retórica para promover las tesis de catolicismo liberal. Y Frederic Ozanam, otro católico liberal, funda la sociedad de san Vicente de Paul. Estos pensadores creían que la iglesia debía de encontrar una relación mas positiva con el liberalismo. Y que las tesis de Mirari Vos, Harían perder a la iglesia su influencia en el mundo culto de la época. En este tiempo, y apoyado por la revolución industrial, aparece el liberalismo económico”,

[viii] Reflexiones sobre el Estado y la Iglesia durante el Siglo XVIII y sobre la situación actual. Hughes Felicité Robert de Lamennais. Publicado anónimamente en París en 1808.

[ix] http://en.wikipedia.org/wiki/Hughes_Felicit%E9_Robert_de_Lamennais

El primer volumen de su gran trabajo “Ensayo sobre la indiferencia en materia de religión” apareció en 1817 y fue traducido al inglés recién a fines del siglo XIX.

[x] Jueves 24 de septiembre de 1812, Aurora de Chile, página 1.El estado revolucionario

Camilo Henríquez incita a sus lectores a no perder el espíritu revolucionario y a propugnar el desarrollo de gobiernos justos y no corruptos.

“LA revolucion americana lleva en todas partes como dos años; y en las mas de ellas ofrece un aspecto no muy diferente del que tuvo en sus principios; riesgos que pudieron haberse aniquilado; una marcha lente é incierta; fluctuacion entre esperanzas y temores; irresolucion, y à las veces frialdad. En muy pocos puntos se presenta robusta y majestuosa. Qual fue el blanco de estos grandes movimientos? Parece que la libertad y la prosperidad nacional. La libertad està proclamada, sancionada? La majestad del pueblo está reconocida! El entusiasmo por la gran causa; la opinion pública, sobre cuyas bases estriban aquellan altos fines; se han difundido universalmente? Son bien conocidos de toda la masa del pueblo los derechos inapreciables del hombre y del ciudadano, y los verdaderos intereses de la patria? Sa hà disipado yà esa estólida indiferencia por el bien comun? Se entiende bien el sentido de estas palabras: patria, libertad, sistema americano; y hacen en el ànimo una impresion profunda! Si ello es asi bastante se ha hecho; sino lo es, nada se ha logrado en estos años”.

[xi]http://icarito.latercera.cl/biografias/1810-1830/bios/eganiarisco.htm

Hijo del chileno Gabriel José de Egaña y de la peruana Josefa Risco, Juan Egaña nació en Lima el 31 de octubre de 1768. Realizó todos sus estudios en la capital virreinal, graduándose de Bachiller en Cánones y Leyes en la Universidad Mayor de San Marcos en 1791. Ese mismo año se trasladó a Chile. En 1802 recibió su grado de Doctor. El mismo año presentó un proyecto a fin de que en la Real Universidad de San Felipe se creara la cátedra de Latinidad y Retórica, idea que fue bien acogida, nombrándosele catedrático en ella. Poco a poco, su preparación intelectual se fue haciendo notar, y ya en 1810 se le consideraba como uno de los habitantes más preparados de Chile. Apoyó la causa revolucionaria de la Independencia, por lo que entre 1814 y 1817 estuvo preso en la Isla Juan Fernández. Tras su liberación, ejerció importantes cargos públicos, llegando a ser el redactor principal del texto constitucional que se aplicó en 1823. Egaña murió en abril de 1836 a los 68 años de edad.

En 1811, se le encargó la redacción de un proyecto constitucional, que a la postre no se promulgó. Ese mismo año integró el primer Congreso Nacional como diputado por Melipilla. También, intervino en la redacción del Reglamento Constitucional Provisorio de 1812 y cuando este se aplicó, fue electo como senador. Volcó sus conocimientos en favor de la causa revolucionaria en la política -ámbito en el que además llegó a ser Presidente del Senado y miembro de la Junta Gubernativa de 1813-, en la prensa -colaboró en la Aurora de Chile-, y en educación, pues participó en el establecimiento del Instituto Nacional. Toda esta actividad le valió ser confinado en Juan Fernández. Después de la abdicación de Bernardo O'Higgins, en 1823, Egaña formó parte de una comisión que recibió el encargo de redactar una nueva constitución para el país. Fruto de este trabajo, fue el texto constitucional de 1823, en cuya redacción tuvo bastante influencia. Dicho documento se caracterizó por sus ideas conservadoras y por la creencia de que la ley podía modificar la esencia misma de la sociedad. La estrecha unión entre moralidad y ley que propiciaba, hizo que en definitiva fuera inaplicable.

Tras esta experiencia, Egaña presidió el Senado Conservador en 1824. Al año siguiente, fue elegido diputado por Santiago, y en 1827 fue presidente de la Asamblea Provincial.

Autor de la Constitución de 1828, nació en Cádiz en 1783 y murió en Madrid en 1864. Inició su educación en su ciudad natal, y a los estudios elementales unió los de Francés e Inglés. Cursó estudios superiores en la Universidad de Granada, recibiéndose de abogado en 1805. En 1828 se estableció un Congreso Constituyente. Ante él, una comisión compuesta por 5 diputados debía presentar un proyecto de carta fundamental. Los comisionados recurrieron especialmente a Melchor de Santiago Concha y a José Joaquín de Mora, conocido por sus ideas liberales.
El proyecto consideró la elección indirecta del Presidente de la República, cuyo período sería de 5 años, sin reelección inmediata; asimismo, contempló la existencia de un Vicepresidente que lo reemplazaría en caso de muerte o imposibilidad física de continuar ejerciendo el mando. El Poder Ejecutivo podría nombrar a su voluntad a los ministros de Estado, contaría con derecho a veto suspensivo y no dispondría de facultades extraordinarias. El Legislativo, por su parte, sería bicameral. El Senado estaría integrado por dos representantes por cada provincia que se renovarían cada 4 años y la Cámara de Diputados sería elegida directamente por sufragio popular, a razón de un diputado por cada 15.000 habitantes. En su conjunto, el Congreso debía nombrar a los ministros de la corte de justicia, dictar los presupuestos, suprimir o crear empleos públicos y aprobar los nombramientos de altos jefes militares y diplomáticos. Casi sin modificaciones, el texto fue aprobado.

[xiii] Se inició como oficial mayor del Ministerio del Interior en 1842, al que renunció dos años más tarde en rechazo a la censura que recibió la obra de Francisco Bilbao La Sociabilidad Chilena, en 1844. Entre 1843 y 1858 fue elegido diputado por Elqui y Parral, Rancagua, Caldera, Copiapó y Valparaíso. También, fue senador entre 1867 y 1879, por La Serena y Coquimbo. En 1849 participó en la fundación del Club de la Reforma.En 1850, Lastarria se vinculó con los organizadores y promotores de la Sociedad de la Igualdad, por lo que el gobierno de Bulnes lo acusó de agitador y lo deportó a Lima en noviembre de 1850. Regresó en los primeros meses del año siguiente, y aunque no tuvo participación directa en el motín del coronel Pedro Urriola (abril de 1851), el Congreso lo desaforó, y el gobierno de Bulnes lo destituyó de su cátedra en el Instituto Nacional y nuevamente lo deportó al Perú. Al año siguiente regresó a Copiapó, donde probó suerte como cateador en el mineral de Tres Puntas. En 1853 se trasladó a Valparaíso, trabajando con éxito como abogado, e ingresando a la logia masónica Unión Fraternal. Colaboró en distintas publicaciones periodísticas en las que era cofundador y/o redactor, como El Siglo (1844) y la Revista de Santiago (1848). El año anterior había escrito Elementos de Derecho Público Constitucional y Teoría del Derecho Penal; en 1853, Historia Constitucional del Medio Siglo; en 1856, Constitución Comentada; y entre 1865 y 1867 La América.

En 1860 escribió Juicio Histórico a Portales, de estilo filosófico y político, donde criticó la figura del ministro.

[xiv]http://icarito.latercera.cl/biografias/1831-1861/bios/tocornal.htm

En abril de 1856 Manuel Tocornal participó como abogado del arzobispo ante la Corte Suprema en la llamada cuestión del sacristán. Esta defensa lo hizo compartir con el arzobispo Valdivieso un proyecto político en que pudieran unir a los antiguos pelucones con un compromiso de defensa de los principios religiosos católicos. Este ideal se materializó al fundar juntos en 1857 el Partido Conservador

[xv] En 1850 durante el gobierno de Manuel Bulnes Prieto, hacia fines de mayo se forma la Sociedad de la Igualdad, integrada por intelectuales jóvenes que regresaban desde Europa, tras terminar sus estudios. Entre ellos José Victorino Lastarria, Eusebio Lillo y Francisco Bilbao entre otros.

La Sociedad de la Igualdad se convirtió en el foco de agitación política del país y atrajo a su seno a todos los jóvenes intelectuales y un buen número de artesanos. Los integrantes de la Sociedad de la Igualdad promovieron levantamientos en contra del gobierno, razón por la que el 9 de noviembre de 1850, por decreto de la Intendencia se disuelve la Sociedad de la Igualdad y sus líderes son apresados y encarcelados. Otros como Santiago Arcos, José Victorino Lastarria y Federico Errázuriz Zañartu fueron desterrados.

No obstante, también se puede decir que los orígenes del Partido Radical se hallan en octubre de 1858 en la formación de una organización llamada La Asamblea Constituyente, que agrupó a la mayoría de los líderes del partido: Manuel Antonio Matta, Angel Custodio Gallo, Francisco Marín, Juan Arteaga Alemparte y Guillermo Matta, que impulsaban la reforma a la constitución de 1833.

Las ideas que se cuestionaban por aquellos días se pueden sintetizar en tres puntos fundamentales:

  • El autoritarismo presidencial.
  • La centralización administrativa.
  • La excesiva influencia de la iglesia en las decisiones del gobierno.

La fuerte tensión que generaba el clericalismo en oposición a las difundidas ideas de la Revolución Francesa, estaba en el centro del conflicto que se extiende por más de tres décadas, tiempo en el que la Sociedad de la Igualdad, con los escritos de Manuel Antonio Matta protagonizan duros y hasta violentos enfrentamientos.

Pero fue sólo hacia fines del segundo gobierno de Manuel Montt Torres, que los Radicales surgen como el tercer partido político de la historia de Chile, después de los Conservadores y Liberales.

Cabe destacar la notoriedad que alcanzó la controversia entre iglesia y Estado, en la cual aparece un hecho singular que se conoce con el nombre de "el conflicto del sacristán". Situación que el obispo Rafael Valentín Valdivieso quiso aprovechar para someter el poder de civil a la supremacía de la iglesia. Hecho que Manuel Antonio Matta aprovecha para pedir la separación de la iglesia del Estado.

El 12 de mayo de 1862 se funda el periódico "La Voz de Chile" que difunde las bases del radicalismo; enseñanza laica, libertad electoral, derecho edilicio, descentralización administrativa, reforma a la constitución de 1833 y la interacción del pueblo en la generación de autoridades.

[xvi] Por Pbro. Pablo Arce Gargollo “La Iglesia y el Estado” http://www.aclufl.org/spanish/informes/iglesiayestado.cfm

[xvii] Intervención de Monseñor Parolin, Subsecretario de Estado para las relaciones con los

Estados, en la Sede de la Secretaria de Estado del Vaticano, con motivo de la reunión con el

grupo de Coordinación de la CCE.

SALUDO AL GRUPO DE COORDINACIÓN DE LA CONVENCIÓN DE CRISTIANOS PARA EUROPA

Vaticano, sábado 14 de junio de 2003

Ni teocracia estatal ni ateismo estatal en Europa, dice el Vaticano (documento en PDF)

El secretario de Estado del Vaticano para las Relaciones con los Estados, Monseñor Pietro Parolin, ha expuesto a la coordinadora de la Convención de Cristianos por Europa, las orientaciones del Papa a los laicos cristianos en lo que respecta a la construcción de la Unión Europea: no pretende instaurar de ningún modo una teocracia estatal, sino evitar que en la nueva Europa cobre vigencia, de hecho, una especie de ateísmo estatal.

[xviii] http://www.laiconet.com/opinar/europa.htm

Juan Pablo II pide que la Constitución europea constate el hecho cristiano

«Ecclesia in Europa» dice textualmente:
«Deseo dirigirme una vez más a los redactores del tratado constitucional europeo para que incluya una referencia al patrimonio religioso y especialmente cristiano de Europa.
Respetando plenamente el carácter laico de las Instituciones, espero que se reconozcan tres elementos complementarios:
1. el derecho de las Iglesias y comunidades religiosas a organizarse libremente;
2. la identidad específica de las Confesiones religiosas y el establecimiento de un diálogo institucional con la UE;
3. y el respeto del estatuto jurídico de que ya gozan las Iglesias e instituciones religiosas en los Estados miembros.
La Iglesia no pide la vuelta a formas de Estado confesional.
Pero deplora todo tipo de laicismo ideológico o separación hostil entre las instituciones civiles y las Confesiones religiosas».

[xix] http://www.aclufl.org/spanish/informes/iglesiayestado.cfm

La Iglesia y el Estado Boletín Informativo de la ACLU The American Civil Liberties Union of Florida

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